Información: Tony Hawk/Medium

Al igual que Leticia Bufoni y Nyjah Huston, Tony Hawk estuvo el fin de semana en Buenos Aires, Argentina, para presenciar los Juegos Olímpicos de la Juventud y mientras viajaba de regreso a casa hizo esta reflexión que quiso compartir con todos:

El skateboarding estará en los Juegos Olímpicos en menos de dos años. Pasé mi fin de semana en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires para tener una mejor perspectiva de cómo funcionará eso y mi posible papel en el proceso. La política y la burocracia son complicadas en el mejor de los casos, pero hay algunas personas que trabajan incansablemente en nombre del monopatín que están a la altura del desafío. Aunque a veces soy elegido para ser un «embajador» del patinaje, no soy uno de ellos. En muchos sentidos, estoy mirando hacia afuera con una perspectiva crítica. Creo que los Juegos Olímpicos necesitan el factor «cool» del skateboarding para sus juegos de verano más que el skateboarding necesita su validación, de la misma manera que el snowboard proporcionó una energía juvenil a los juegos de invierno. También creo que el skateboarding tiene el poder de mantener el formato auténtico y la cultura representada adecuadamente. Hay muchos problemas que resolver: órganos de gobierno, eventos calificativos, juicios, vestimenta obligatoria, uso de cascos, etc. Y todo parece abrumadoramente imposible de resolver cuando ha asistido a las reuniones estancadas o está incluido en las cadenas de correo electrónico. A menudo me preguntan cómo funcionará todo esto y no tengo todas las respuestas; Solo tengo décadas de experiencia que espero que conduzca a una voz de la razón en una red de intereses en conflicto.

Los detractores son ruidosos y claros: el skateboarding no es un deporte y no empezamos a hacerlo para ganar medallas o para ser aceptado por la corriente principal. Este sentimiento es cierto de muchas maneras, pero hemos tenido competencias de patinetas desde el principio. Hay un deseo humano para ser calificado a través de la comparación. Incluso aquellos que desprecian las competencias de skate o que denuncian firmemente que el skateboarding no es un deporte, se contentan con juzgar quién tiene el mejor estilo, qué trucos son aceptables o quién tiene la mejor vídeo parte. No importa cuán puras sean nuestras intenciones, todavía tendemos a juzgar en los entornos más informales.

¿El skateboarding estará representado con precisión en la programación olímpica? ¿Oiremos a Dead Kennedys explotar desde el sistema de sonido, o los competidores probarán trucos después de que su tiempo haya terminado para exagerar a la multitud (o para su propia gloria)? Probablemente no, pero existe la oportunidad de mostrar los atributos positivos del skateboarding en los jóvenes y de mostrar las habilidades innegables de algunos de los mejores patinadores a nuestra mayor audiencia. También existe la posibilidad de que los niños y niñas de los rincones más desafiados del mundo encuentren una vida mejor a través del monopatín con esta nueva exposición y aceptación. Confío en que inspirará a una generación nueva y diversa a adoptar el skate como un estilo de vida, una cultura y una forma de arte. Algunos lo considerarán un deporte desde el principio, pero tal vez eso es lo que se necesita para introducir el patinaje en países que no entienden fácilmente los valores intrínsecos que puede enseñar: determinación, creatividad, confianza en sí mismo, perseverancia y un sentido de comunidad entre individuos singularmente creativos. Estoy seguro de que muchos de nosotros seguiremos siendo etiquetados como parias, alborotadores, vándalos y punks debido a nuestros antecedentes e influencias de patinaje. Pero unos pocos seleccionados, que se han dedicado al skateboarding competitivo a través de la disciplina y el trabajo duro, representarán a sus países en un escenario global y serán reconocidos por una nueva audiencia. Como patinador que compitió regularmente durante más de 20 años, a menudo siendo tratado como un fenómeno por seguir mi pasión, acepto ambos escenarios.